Cuando estamos en frente de una televisión plana y delgadita, de las modernas, es difícil conocer su tecnología interna. A no ser que exista un cartel que así nos lo indique, será muy difícil saber si el televisor es plasma o LCD. ¿Dónde vamos a ver esas diferencias?
La televisión de plasma consiste en dos paneles de vidrio en cuyo interior hay pequeñas células rellenadas de un gas noble, parecido al sistema de las lámparas fluorescentes. Este gas, al contacto con la electricidad, puede excitarse en diversos colores, como el verde, azul, rojo…etc.
En cambio, la televisión LCD consiste en dos capas trasparentes formadas por diminutos pixeles, y cada uno de ellos formado por cristal líquido. Cuando se aplica energía a estos cristales líquidos, aparece el color deseado y así se crea la imagen. Debe tener una luz de fondo que refleje el color en los cristales, en cambio el plasma, cada una de las células ya genera su propia luz.
La principal diferencia entre LCD y plasma la encontramos en la frecuencia de actualización o refresco de imagen. En comparación con el plasma, los televisores LCD tienen una tasa de refresco más lenta, lo que crea el efecto fantasma, muy típico cuando las imágenes se mueven rápido. Pero últimamente, los nuevos modelos de televisores LCD ya consiguen frecuencias de actualización similares al del plasma.
Lo bueno de un televisor plasma es que en tamaños superiores a 40 pulgadas. No existen televisores de plasma de tamaño menor a 32 pulgadas, pero en cambio no hay limite superior, pudiendo encontrar en el mercado plasmas de hasta 100 pulgadas, sin exagerar. Eel precio comienza a disminuir, en cambio los LCD comienzan a encarecerse. Tiene una menor resolución por pulgada que los LCD.
En cuestión de calidades. Los monitores LCD no consiguen un color negro puro, ya que lo consiguen mediante la polarización de los cristales, por lo que en cuestión de contraste, gana la batalla los monitores plasma que si que consiguen un negro, simplemente con no meter electricidad en la célula.
En cuanto al brillo. Un televisor de LCD se ve mejor cuando la habitación ya contiene luminosidad, en cambio, para ver correctamente un plasma, conviene que no haya luz en la habitación y que el propio monitor sea la única fuente luminosa de la habitación. Aquí aparece el dilema entre las personas amantes del cine casero por la noche o las personas que disfrutan de la televisión por las mañanas mientras realizan las tareas del hogar o lo que fuere.
Las pantallas LCD pesan menos que las pantallas de plasma y además usan menos electricidad y por tanto producen también menos calor que los plasmas.
Lo que repetidamente vienen recomendando los vendedores de televisiones es que si queremos un tamaño de pantalla superior a 40 pulgadas, nos decantemos por un televisor plasma, en caso contrario un LCD.
En cuanto al precio también vamos a encontrar grandes diferencias. Por lo general, los televisores plasmas son mucho más caros que los LCD
En el caso de pantallas de plasma, se hace necesario el uso de protectores para evitar que una imagen se quede estática durante mucho tiempo, ya que puede crear sombras o errores futuros. Su mantenimiento también es más caro y es más fácil que se estropee antes un televisor plasma que un tv LCD. Se comenta que un televisro LCD puede estar encendido funcionando una media de 60.000 horas, lo que viene siendo unos 7 años encendido todos los días 24 horas.
Resumiendo las 7 diferencias entre LCD y plasma:
1 – El televisor de plasma no puede estar con la imagen parada mucho tiempo
2 – El LCD gasta menos electricidad
3 – El LCD pesa menos y produce menos calor
4 – El plasma tiene mejor calidad ara imágenes en movimiento que el LCD
5 – El plasma tiene un mejor contraste con negros puros.
6 – El plasma es más caro que el LCD.
7 – El LCD tiene mayor durabilidad y menos problemas técnicos.